dissabte, 10 de febrer del 2018

Uno de los lugares más soleados de Europa

Jean-Pierre Dalbéra (2012): Vue de la Conca d'Oro depuis Monreale
Todo en Palermo y sus alrededores es adecuado para el cultivo de los cítricos. Se trata de uno de los lugares más soleados de Europa, y un gran anfiteatro de montañas lo protege de los vientos y detiene el paso de las nubes procedentes del mar, obligándolas a descargar sus cálidas lluvias sobre la tierra en invierno. A media hora en coche del centro de la ciudad se encuentra una franja de tierra conocida desde el siglo XV como la Conca d'Oro. Los naranjos y limoneros que crecen en este fértil terreno parecen parte de la vegetación natural, pero en realidad son expatriados que viven a miles de kilómetros de sus lugares de origen. Los limones crecieron por primera vez como monte bajo en los bosques de las estribaciones del Himalaya, y según Tyôzaburô Tanaka, el gran experto en cítricos japonés del siglo XX, todas las naranjas provienen de Assam y Birmania, donde eran conocidas como naranga, nombre que se cree deriva del tamil, en el que el prefijo nar- denota fragancia. Sin embargo, estudios más recientes de botánicos que trabajan en la región china de Yunnan han revelado tantas formas primitivas de cítricos que hay razones para creer que muchas especies de naranjas son originarias de China.
Isabel Castro (2017)
Los limones y las naranjas amargas llegaron a Italia por primera vez con los árabes que invadieron Sicilia occidental en el año 831 [...]. En suelo italiano, el nombre naranj , o naranja como se llamó al fruto en el sur de España, se transformó en arancio para el árbol frutal y en arancia para la fruta. En italiano moderno la palabra arancio se utiliza como nombre y como adjetivo, al igual que orange en inglés, pero un nombre solo puede funcionar como adjetivo si el objeto mismo es familiar para la población en general y hasta el siglo XIII los italianos no comenzaron a utilizar rancio y luego arancio como adjetivos. [...]

Irene Domènech (2011): Mercat de Palerm
[...] A las afueras de Palermo Ibn Hawqal encontró una gran abundancia de huertos, todos ellos regados por agua bombeada de los arroyos por medio de norias. Fue aquí donde se plantaron los primeros naranjos y limoneros. En el norte de África y Próximo Oriente se utilizaba la palabra paradisi para describir estos recluidos espacios de verdor en los que se podía escuchar el murmullo del agua deslizándose y oler el perfume de flores y árboles floridos, a modo de umbríos santuarios separados del tosco paisaje exterior por altos muros. La belleza de los jardines fue celebrado en un género de poesía llamado rawdiya ('poemas de jardines') en los que naranjas y limones eran frecuentes protagonistas. Abu al-Hasan Ali, poeta islámico que vivió en Sicilia bajo el dominio normando a finales del siglo XI, describió las naranjas tan puras como oro que llueve sobre la tierra y allí adopta la forma de relucientes esferas. Ab dar-Rahman, otro poeta arábigo-siciliano, escribió:
Entre ramas de esmeralda
sumidos toda la noche en llanto. 
las naranjas de la isla son un fuego abrasador.
Pálidos rostros de amantes los limones son,
Helena Attlee (2017): El país donde florece el limonero. Traducció de María Belmonte. Editorial Acantilado. Pàgines 77-83.
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El sabor de las mandarinas nació en un solo árbol

Esquema extret de El País
Imagínese una mandarina. Posiblemente, en su mente haya aparecido la variedad más cultivada en España: la clementina de Nules, o clemenules, para los amigos. Es muy probable que usted tenga una en su frutero. Se trata de una mandarina naranja intensa, sabrosa, sin pepitas y que se pela con facilidad. Y, además, es una máquina para viajar en el tiempo, como explica el biólogo Manuel Talón, que hoy presenta el nuevo árbol genealógico de los cítricos.

Manuel Ansede (8/02/2018) des de El País: El sabor de las mandarinas nació en un solo árbol.
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