diumenge, 3 de juliol del 2011

Venècia: Àlex Susanna i Pere Gimferrer

Venècia fotografiada per Marià Fortuny
Àlex Susanna:Quadern venecià (1988) Barcelona: Destino. (Dos fragments)Dijous, 21 de novembre
A les deu prenem un cafè al Florian. Aquesta és doncs la primera vegada que hi vaig d'ençà que he arribat. Quan un és a Barcelona i pensa en Venècia, s'imagina que totes les tardes, en cas de ser-hi, hi aniria...(pàgs.42-43)

Dilluns, 9 de desembre
Em convida a sopar Corrado Balest, el qual, juntament amb Alberto Gianquinto, és el pintor, són els pintors que marquen la tònica de la casa de Bernardi..(...) M'ofereixen un prosecco i ens posem a parlar,com sempre, del català, etc.(...)
El fet és que la mestressa de casa havia preparat uns gnocchi excel·lents, les restes de la pasta dels quals encara podien veure's en una taula de la cuina. Gnocchi amb una salsa de carn molt bona. I després, formatges: dos de desconeguts, i tots dos d'allò més bons, sobretot un que es diu Carreno." (pàgs 70-71)

Més informació sobre l'autor:



Pere Gimferrer: Oda a Venecia ante el mar de los teatros

Las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.
García Lorca

Tiene el mar su mecánica como el amor sus símbolos.
Con que trajín se alza una cortina roja
o en esta embocadura de escenario vacío
suena un rumor de estatuas, hojas de lirio, alfanjes,
palomas que descienden y suavemente pósanse.
Componer con chalinas un ajedrez verdoso.
El moho en mi mejilla recuerda el tiempo ido
y una gota de plomo hierve en mi corazón.
Llevé la mano al pecho, y el reloj corrobora
la razón de las nubes y su velamen yerto.
Asciende una marea, rosas equilibristas
sobre el arco voltaico de la noche en Venecia
aquel año de mi adolescencia perdida,
mármol en la Dogana como observaba Pound
y la masa de un féretro en los densos canales.
Id más allá, muy lejos aún, hondo en la noche,
sobre el tapiz del Dux, sombras entretejidas,
príncipes o nereidas que el tiempo destruyó.
Que pureza un desnudo o adolescente muerto
en las inmensas salas del recuerdo en penumbra
¿Estuve aquí? ¿Habré de creer que éste he sido
y éste fue el sufrimiento que punzaba mi piel?
Qué frágil era entonces, y por qué. ¿Es más verdad,
copos que os diferís en el parque nevado,
el que hoy así acoge vuestro amor en el rostro
o aquel que allá en Venecia de belleza murió?
Las piedras vivas hablan de un recuerdo presente.
Como la vena insiste sus conductos de sangre,
va, viene y se remonta nuevamente al planeta
y así la vida expande en batán silencioso,
el pasado se afirma en mí a esta hora incierta.
Tanto he escrito, y entonces tanto escribí. No sé
si valía la pena o la vale. Tú, por quien
es más cierta mi vida, y vosotros que oís
en mi verso otra esfera, sabréis su signo o arte.
Dilo, pues, o decidlo, y dulcemente acaso
mintáis a mi tristeza. Noche, noche en Venecia
va para cinco años, ¿cómo tan lejos? Soy
el que fui entonces, sé tensarme y ser herido
por la pura belleza como entonces, violín
que parte en dos aires de una noche de estío
cuando el mundo no puede soportar su ansiedad
de ser bello. Lloraba yo acodado al balcón
como en un mal poema romántico, y el aire
promovía disturbios de humo azul y alcanfor.
Bogaba en las alcobas, bajo el granito húmedo,
un arcángel o sauce o cisne o corcel de llama
que las potencias últimas enviaban a mi sueño.
Lloré, lloré, lloré
¿Y cómo pudo ser tan hermoso y tan triste?
Agua y frío rubí, transparencia diabólica
grababan en mi carne un tatuaje de luz.
Helada noche, ardiente noche, noche mía
como si hoy la viviera! Es doloroso y dulce
haber dejado atrás a la Venecia en que todos
para nuestro castigo fuimos adolescentes
y perseguirnos hoy por las salas vacías
en ronda de jinetes que disuelve un espejo
negando, con su doble, la realidad de este poema.

Més informació sobre l'escriptor:





Darío Castello, Sonata a due violini e basso. Venècia, 1629.
Europa Galante, Fabio Biondi (director)
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